Alcurrucén: idilio con el éxito
La historia de Alcurrucén está, indudablemente, ligada al éxito. El éxito de una dinastía, la de los Lozano, capaz de triunfar en todos los sectores que componen la tauromaquia, incluido el la ganadería, donde han logrado mantener en pureza y encumbrar a un encaste ya minoritario como el de Núñez, consiguiendo una regularidad en sus toros que ha propiciado un enorme número de triunfos en plazas tan importantes como Bilbao y Madrid. A finales de los años 60, los hermanos Lozano comenzaron en la cría del toro bravo con la compra de ganado de Eusebia Galache, un encaste que les gustaba mucho pero del que tuvieron que deshacerse por problemas de consanguinidad. Entonces, la pregunta que les surgió fue sencilla y unánime: cuando uno de sus toreros tenía una cita importante, ¿con qué hierro le anunciaban? Todos estuvieron de acuerdo en que era Carlos Núñez, y gracias a la enorme amistad que les unía con este ganadero y de unos tratos que estaban haciendo para enviar ganado de este orig...