Sergio Centelles: borrasca de devoción por el toro




Esperábamos ansiosos e ilusionados un año 2021 que cambiase las tornas de una situación inimaginable en los tiempos que corren. Pero sin embargo, este nuevo año ha querido recibirnos con una borrasca histórica que ha cubierto de nieve gran parte del territorio español y que nuevamente ha puesto en jaque a los ganaderos de bravo. Una dura prueba que han vuelto a superar, demostrando que ellos sí que son animalistas de verdad y no de sofá, teclado y moda progre. Los ganaderos son los verdaderos héroes de esta historia que algunos se empeñan en contar a su manera.









Uno de estos héroes se llama Sergio Centelles Badal, y al igual que muchos otros compañeros ganaderos, ha batallado con Filomena y sigue luchando contra las devastadoras consecuencias que esta maldita pandemia nos está dejando. Al nacimiento de Sergio, sus padres compraron un hierro de la Asociación que pusieron a su nombre, para continuar con la andadura que comenzó a mediados de los años 50 su abuelo. El "tío Badal", como así lo conocían, se dedicó durante varios años a tratar con ganado que compraba en tierras de Andalucía y que posteriormente vendía para las fiestas de los pueblos de la zona. Con el tiempo, don Francisco Badal se iba quedando para criar algunas de estas vacas que compraba en sus tratos, aunque sin llegar a llevar una selección determinada. Incluso compró el hierro de Hnos. Badal, el cual mantuvieron los padres del actual propietario hasta el año 1992.









La ganadería de Sergio Centelles se forma por tanto en 1986 con la compra de un lote de vacas y sementales de Marcos Núñez, al que posteriormente añadieron unas vacas de Baltasar Ibán. Todo cambió cuando Sergio tomó la difícil decisión de dejar los estudios y apostar por su sueño de llevar la ganadería. Varios problemas de consanguinidad y fuerza que tenían con el encaste Núñez, le llevaron a adquirir vacas y un semental de Jiménez Pasquau. En el año 2012 adquiere un lote de vacas preñadas de El Tajo y La Reina, además de un semental que le deja el maestro Joselito. 
Desde entonces, el encaste Domecq es por absorción el predominante en las fincas de Catí y Ares del Maestre, y Sergio Centelles se ha convertido en un hierro de garantías para las calles de Castellón, Valencia, Teruel e incluso de Tarragona.










Los festejos populares son el principal mercado al que van dirigidos los productos de una selección que sin embargo, Sergio realiza siguiendo los parámetros de la lidia a pie. Es en la finca de Ares donde tiene lugar la alquimia de los tentaderos y donde a las futuras madres de la ganadería se les mide su bravura tanto en el caballo como en la muleta, porque según palabras del propio ganadero, el toro que es bravo en la muleta lo es también en las calles.










Son varios los ganaderos de la zona del Levante los que intentan meter cabeza en el difícil mundo de la lidia ordinaria, y de hecho Sergio Centelles también ha lidiado alguna novillada obteniendo notables resultados, pero llama poderosamente la atención que en una zona de tal arraigo y afición por la tauromaquia, sigan sin dar las oportunidades necesarias a sus ganaderos. Se les mira con lupa y da la sensación de que se espera el más mínimo fallo para demostrar que no son aptos para esta liga. 










Ojalá que el destino que nos depare este 2021, por fin dé una tregua a todos los ganaderos. Mientras tanto, sólo nos queda dar las gracias a todos y cada uno de estos héroes sin capa y sin bata, pero que continúan hipotecando su vida para dar de comer a diario al animal más hermoso de cuantos existen, el toro bravo. 
Y en especial, gracias a ti Sergio. Gracias por tu trato exquisito y por tu enorme afición.











































 



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