Javier Gallego: lealtad y pasión por el encaste veragua



La historia de los veraguas de Javier Gallego comienza hace ya varias décadas, cuando el bisabuelo de los actuales propietarios, Enrique García, compró un lote de este encaste por el que sentía predilección. A su muerte en 1973, la ganadería se dividió en tres lotes, dos de los cuales fueron a parar a manos de sus hijas, quienes se unieron bajo el nombre de Hijas de Enrique García y que luego gestionaría Javier Gallego. Posteriormente se asoció durante varios años con Aurelio Hernando para sacar adelante la ganadería que por aquel entonces llevaba el nombre de Hernando Gallego. Pero no fue hasta el año 2002, cuando Javier decide continuar por su cuenta, y con ayuda de sus hijos Enrique y Macarena, 
apuestan por lo más puro de veragua y se quedan sólo con 32 vacas.    






Lealtad y pasión por el encaste veragua, que en la actualidad cuidan y tratan de mantener Enrique y Macarena Gallego. Luchando a capa y espada con todas las dificultades que entraña hoy en día criar un encaste de estas características; para mantener la tradición familiar y continuar con el sueño ganadero de su bisabuelo y su padre. Una lucha que requiere una gran dosis de romanticismo y amor por esta procedencia. 









En la actualidad son un total de 60 vacas y tres sementales, los encargados de preservar uno de los pocos vestigios que quedan de este histórico encaste, que fue el predilecto de muchas figuras del toreo en el pasado, pero que desgraciadamente, hoy en día y tal como está el sistema, tiene un mercado muy limitado. Francia y el norte de España pueden ser la salvación a estos encastes que han sido la base de la tauromaquia, pero que han quedado relegados y que gracias a románticos como la familia Gallego, se mantienen vivos. No debemos olvidarnos del festejo popular, que ha salvado muchas temporadas a esta ganadería y a otras muchas. Una tauromaquia popular, que sí que valora la variedad y las características tan propias que ofrecen este tipo de encastes.










La exigencia en los tentaderos y tener toda la ganadería en la cabeza, es clave para mantenerla y luchar contra la consanguinidad. En esta casa se le da mucha importancia al caballo, y rara es la vaca que no entra 5 o 6 veces al peto y pelea. También la duración en la muleta es algo indispensable para pasar la prueba del tentadero y para conseguir que los toros tengan esa duración y esa entrega que se exige hoy en día.







Mucha importancia le dan también al respeto por los animales en el campo. Y es que en esta casa, se toca lo menos posible a los animales. No se ponen fundas, no se corre a los toros y se tiene mucho cuidado con ellos, pues son unos animales que se pegan mucho, y sus luchas son a vida o muerte, al igual que hacen en el ruedo.







Una corrida de toros, una novillada y varios astados reseñados para las calles, aguardan en tierras manchegas de Brazatortas, esperando a que el "bicho" permita comenzar la temporada 2020 lo antes posible.









Agradecemos el magnífico trato que nos ha ofrecido esta gran familia y deseamos que el futuro traiga las cosas buenas que merece una dedicación como la suya por el toro bravo.







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